Cada año sentimos con más cercanía los efectos del cambio climático, ya tenemos cultivos, comunidades y áreas de Latinoamérica y Colombia, afectados por este fenómeno, que ya no puede sernos indiferente.
El mundo ha perdido el 70% de los humedales en las últimas décadas. (Convención de Ramsar)
La población de mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces cayó el 68% entre los años 1970 y 2016. (Informe “Plantea vivo 2020”, WWF)
Entre los años 2001 y 2019 la masa forestal en Colombia descendió un 33%. (Global Forest Watch)
La desaparición del agua en la desembocadura del río Aracataca, ha causado el desplazamiento de los pobladores de Pueblo Viejo, Magdalena. (Nota Uniandina)
La producción de plátano en Curumaní, Cesar, es ya inviable, debido a la pérdida del agua y de fertilidad del suelo, dejando sin sustento a muchas familias que dependía de esta actividad. (Nota Uniandina)
Es entonces innegable la pérdida de biodiversidad, y el calentamiento global debido a la emisión de gases de efecto invernadero y la presión sobre los recursos naturales que se ejerce por actividades de aprovechamiento de la tierra, y aunque es mejor conservar grandes extensiones de bosque, también se reconoce el aporte de pequeñas áreas protegidas. Turner y Corlett, (1996), autores de “The conservation value of small, isolated fragments of lowland tropical rain forest. Trends in Ecology & Evolution”, dicen que en fragmentos de menos de 100 hectáreas se puede lograr una alta protección de la biodiversidad, estos espacios actúan como refugio de plantas y animales, recuperación de suelos, de ecosistemas y reforestación de bosques tropicales, por lo que deben ser de alta prioridad en las zonas de los trópicos.
Las Reservas Naturales de la Sociedad Civil (RNSC), son estos fragmentos de tierra protegidos o restaurados por propietarios privados, que complementan los esfuerzos de conservación del país y hacen parte fundamental del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, mediante el compromiso de los dueños de estas áreas con la protección de los recursos naturales y la biodiversidad existente, la generación de nuevas formas de desarrollo sostenible. (PNN, 2005). Estas iniciativas datan de los años 70´s y 80´s, en manos de diversos ambientalistas que lograron establecer reservas como la Merenberg (Huila), Acaime (Quindío), La Planada (Nariño), Carpanta (Cundinamarca) y la SumaPaz (Cundinamarca), entre otras.
El Colombia las iniciativas privadas de conservación son reconocidas por la ley en el año 1993, (Ley 99 de 1993), (PNN, 2005), se conocen como Reservas Naturales de la Sociedad Civil, y son la categoría privada de conservación del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP), por lo que cualquier persona puede establecerlas solo con la voluntad de hacer de su predio un lugar que aporte a la conservación de la riqueza natural del país. (WWF, 2019).
Desde hace más de 20 años, en la finca El Escondite de 124 hectáreas de extensión, propiedad de la familia Rodríguez Bayona, se inicia un proceso de conservación de las áreas de bosque secundario existentes y la reforestación de áreas que se habían convertido en pasturas; adicional a esto se participa en proyectos como el de manejo integral de la cuenca del río Guineo, implementación de sistemas silvopastoriles para disminuir la presión de la actividad ganadera sobre los recursos naturales, plantación de cercas vivas y los primeros acercamientos a generación de energías con fuentes no convencionales y sostenibles, en este caso energía solar. Recibimos capacitación y apoyo de Corpoamazonia, Naturamazonas, WWF, entre otras.
En El Escondite, estamos comprometidos con la conservación y protección de áreas de bosques, los invitamos a sumarse a los esfuerzos para mitigar el cambio climático, todos desde nuestro entorno, alcance y recursos, podemos aportar.
Por último, les compartimos el artículo: ¡Alerta, Colombia!: el cambio climático pasa factura, de Lina Fernanda Sánchez Alvarado, en donde pueden obtener mayor información sobre los efectos del cambio climático en Colombia. https://notauniandina.uniandes.edu.co/especial/alerta-colombia-cambio-climatico-pasa-factura/